miércoles, 2 de febrero de 2011

Futuro en diferido

Resulta gratificante haber tenido en el primer programa tanto feedback de los oyentes a través de las redes digitales, Facebook y Twitter. Si bien todavía le estoy tomando la mano al programa, espero que en breve la interacción pueda ser mayor. "Futuro Imperfecto", paradójicamente, no fue tan imperfecto, mérito del equipo que conformamos todos. Justamente quería comentarles algunas cosas y nuevamente agradecerles que estuvieran del otro lado.

La primera es que a partir de marzo o quizás antes, todos los programas, no solamente "Futuro Imperfecto", van a estar colgados en la página del CCRojas, con lo que todavía no sé si podrán descargarlos, pero sí que podrán escucharlos. Hubo quienes sugirieron que publicase aquí la lista de temas emitidos, pero soy de los que piensan que la radio es un momento y que la magia surge de lo espontáneo. El que se lo haya perdido no debería hacerse mala sangre, no solo por que podrá escuchar algo por internet, sino porque habrá otros "Futuros Imperfectos", y quien sabe qué más.

Hoy me junte a charlar con una amiga y me dijo que hoy a la noche comienza el año del conejo o gato, y que este será un año de transformación, así que espero que pasen muchas cosas buenas para todos. Quizás haya algunas otras sorpresas que pueda comunicarles en un futuro no muy lejano. Nada que haga vibrar la tierra o tal vez sí.

Volver a la radio es algo que me da muchísima alegría, y ya estoy trabajando en el segundo programa. Pero quisiera dejarles, y tomar como costumbre hacerlo en lo sucesivo, un souvenir de cada emisión. Alguna cosa que me gustaría subrayar. "Futuro Imperfecto" está pensado para la gente, pero lo que yo busco es sorprenderme a mí mismo: descubrir algo nuevo, encontrar algo inesperado, hallar la imperfección que es fuente de belleza.

Me pasó con el tema de Louis Armstrong que pusimos ayer, al final, recordando a John Barry, el autor y arreglador por siempre asociado con James Bond. La película era "Al Servicio de Su Majestad", no recuerdo como se la tradujo aquí, y la canción era de 1969, cuando Louis Armstrong estaba ya enfermo, dos años antes de morir. No era un hombre anciano: tenía 68 años, pero un cuerpo extenuado. Pensaba volver a los escenarios apenas sus piernas recobraran cierto vigor. No pudo ser y se murió de un paro cardíaco mientras dormía. Escuchar esa canción, me emocionó y quise compartirla desde la radio. Me parece una belleza imperecedera, a salvo de todo futuro. Un recuerdo doble: para John Barry que la arregló y la compuso y para el gran Satchmo que la cantó.

Les cuento algo: en determinado momento, supongo que a los 15, 16 años, descubrí el jazz. Como pude, sin demasiada guía y sin plata para comprar (más) discos. Algo que me ayudó enormemente fue ICANA, el Instituto Cultural Argentino Norte Americano, que todos los miércoles a las 19, brindaba recitales de jazz gratuito. Ahí me ví a la Fénix Jazz Band, a Swing 39 (con Malosetti padre), Antigua Jazz Band. Y así fui aprendiendo a entender lo que era la improvisación bien hecha. Las canciones de Louis Armstrong, o las que él tocaba, eran mis favoritas. Su cara refleja todo lo buena que tiene su música. Se dice que esa sonrisa era producto de la marihuana, pero prefiero creer que venía de la felicidad que le otorgaba su trompeta, y que lo otro era un adicional.

Aquí, tenemos al gran Louis Armstrong, cantando fuera de su territorio, una balada hermosa:

2 comentarios:

  1. Yo tenia pelo largo, botas texanas, 18 años, un secundario a punto de terminar, remeras de acdc, soda, beatles, y un día escuche "blue train" de John Coltrane---

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  2. Esas son experiencias que a uno le cambian la vida, o tal vez la percepción de las cosas.

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