lunes, 20 de junio de 2011

Clarence Clemons a la Eternal Tour

El rock siempre tuvo problemas con el saxo. Es un instrumento que se adecua más naturalmente al jazz que al rock. Encontrar un buen saxofonista de rock es un trabajo difícil. Y si no lo creen así, hablen con Keith Richards, que tuvo que apelar a su máxima presión para volver a tener a Bobby Keys en la banda que acompaña a The Rolling Stones. ¿Por qué? ¿Acaso no tocaron con Ernie Watts en su gira de 1981? ¿No tocó Sonny Rollins exitosamente en "Tattoo you"? Sí, pero hay un toque exacto que tienen los saxofonistas que saben y sienten el rock. Y no lo tiene cualquier saxofonista, por más bueno que sea. Eximamos de esto a los incontables grupos de rock argentino que queriendo remedar el sonido "redondo", se han empeñado en incluir un saxo en sus formaciones. Para que esto funcione será necesario clonar a Emilio Villanueva, el saxo de La Paternal, uno de los que sabe como es esto del saxo en contexto de rock y blues


De ahí la importancia de Clarence Clemons, que fue el saxofonista de Bruce Springsteen & the E Street Band desde el comienzo. Pero Clemons fue algo más; fue un símbolo, una mascota, una de esas presencias que se hacen grandes más allá del voluminoso tamaño que el hombre portaba. Esos tipos portan una magia que se va amasando a través de los años. Todo el mundo conoce a Keith Richards, pero el que se lleva la más emotiva salva de aplausos en los shows de los Rolling es Charlie Watts. Lo mismo pasa con Little Steven, a quien todos conocemos por su trabajo con Bruce Springsteen, pero más por lo que hizo en "The Sopranos". Pero el símbolo de la E Street Band era Clarence Clemons.

Murió el sábado a los 69 años de edad, con una salud que venía deteriorándose aceleradamente. Se lo extrañará y seguramente las cosas serán muy diferentes para Bruce Springsteen ahora.