jueves, 23 de diciembre de 2010

La banda británica más vendedora de Estados Unidos

La historia del rock ofrece escenarios sumamente curiosos para aquellos que se disponen a investigar en los pliegues de su historia. Y si no están de acuerdo, bastará traer a la memoria el ejemplo de Fleetwood Mac, que en 1977 desató una manía con su disco "Rumours", que se transformó en uno de los álbumes más vendidos de todos los tiempos, y uno de los que más se vendió en la historia de Estados Unidos, reflejando un sonido esencialmente "americano". Lo raro es que ellos eran ingleses.

O al menos lo fueron en sus primeros tiempos y de hecho nacieron en Gran Bretaña. El núcleo central del primer Fleetwood Mac lo constituyó el trío de Mick Fleetwood, John Mc Vie y el genial guitarrista Peter Green, cuya historia es un capítulo aparte. A ellos se les sumaba Jeremy Spencer (otro capítulo distinto por causas no musicales). Los primeros tres egresaron de las academias John Mayall, el patriarca del blues inglés cuyo grupo fue un semillero de donde brotaron, además de Fleetwood, Green y Mc Vie, talentos como Mick Taylor o Eric Clapton, por mencionar solo algunos.

Fleetwood Mac comenzó como una banda de blues hecha, derecha y ortodoxa: los talibanes de los doce compases. En los '70, sin Kirwan y Green, ya instalados en California, sumaron a Lindsey Buckingham, Stevie Nicks y Christine McVie (después de otros reemplazos que hicieron), y llegaron a ese sonido tan de auto nuevo que tiene aún hoy "Rumours". Después, el bolonqui interno tomó estado público y los ejemplares de ese álbum volaron. La saga sigue hasta nuestros días.

Todo este introito fue un engaño para dirigir vuestra atención a algo del medio; un disco de 1969 llamado "Then play on", considerado uno de los mejores de la historia del rock inglés. Fleetwood Mac todavía tenía sabor a blues, pero ya lo estaban condimentando con otras especias que los arrojaban en desarrollos largos de jam-blues, con verdaderos hallazgos, como el riff de "Oh, well", quizás uno de los mejores riffs de la historia. Pero el resto del disco es un deleite de comienzo a fin, con Peter Green alcanzando la excelencia y el resto de sus compañeros directamente incendiado por una música arrasadora.

1969 fue un año pródigo en grandes discos, y de hecho fue uno de los mejores años de la historia del rock junto con 1973; después la cosa se puso muy extraña y jamás tan buena. Pero lo interesante de "Then play on" es que muestra como partiendo del blues, se puede expandir un grupo hasta temas como "When you say", que tiene algún punto de contacto con el Syd Barrett de Pink Floyd (sumado a cierta tradición del folk inglés), que en esa época intentaba elegir un futuro y no se decidía por ninguno en "Ummagumma".

La historia de Fleetwood Mac da para escribir un libro (espero conseguir pronto alguno bueno, si lo hay), pero este capítulo en especial vale la pena escuchar con serenidad de espíritu y atención total. Cosas difíciles de lograr hoy en día, pero más difícil sería que hoy apareciese una banda que editase un disco tan bueno como "Then play on".

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