jueves, 23 de diciembre de 2010

Phil Collins: pasión de multitudes

Pobre batero calvo: fue apenas postear la tapa de su nuevo disco que se llama "Going back", y que lo muestra joven, con pelo y palitos en la tapa. Se trata de un álbum donde versionará clásicos del soul, cosa que hizo muy bien en su momento con "You can't hurry love" de The Supremes... y le llovió una discusión en Facebook que para qué les voy a explicar.

Entonces escribo esto rápido y sucintamente para expedirme y explayarme sobre este tema de candente actualidad. Yo lo quiero a Phil Colllins. Una de esas razones es personal: lo entrevisté telefónicamente en los '90, y se cortó la comunicación. ¿Pueden creer que el tipo me volvió a llamar? Y me dijo como en secreto: "shhh, nos cortaron". Pero en realidad siempre lo admiré como baterista. Un tipo con la técnica de un buen jazzero y el golpe demoledor de un Bonham. Lo que hizo en Genesis, fue para desparramar muñecos, tocando en métricas imposibles con sentido común y buen swing. Escuchar "Los endos" para mayores detalles. O todo "A trick of the tail", que es un discazo.

Claro, al pobre Phil le tocó reemplazar a Peter Gabriel y lo hizo muy dignamente. Pero los ortodoxos que nunca faltan le echaron en cara que "comercializó" a Genesis. Cosa muy discutible, porque el mayor compositor del grupo siempre fue Tony Banks, y no creo que se lo haya llevado por delante. Genesis había alcanzado con Peter Gabriel (que se fue por su cuenta) la mayor sofisticación posible. Y llega un punto en que no se puede hacer más difícil la cosa. Sin embargo, tanto "A trick of the tail" como "Wind & Wuthering" son álbumes excelentes y bien sinfónicos. Ya en "And then there were three" se pusieron más canciones, hicieron un desvío que me encantó en "Duke", y después vino la caída. Que no la provocó el pelado.

La cosa fue así: deprimido, bebiendo en exceso y en una crisis personal porque su esposa lo dejó, hizo "Face value" y sin querer descubrió una extraña clase de pólvora que revolucionó el rock nacional. El de acá: "Yendo de la cama al living" está construído a su imagen y semejanza, ya desde la tapa. Para propia sorpresa de Phil Collins, su disco fue exitoso gracias a "In the air tonight", un tema medio paranoico que estalla en su portentosa entrada de batería y que marcó el inicio del sonido de los 80 (el mainstream, al menos).

Continuó con "Hello, I must be going", en donde se concentró más en las canciones y en esos vientos de Earth Wind & Fire. "I cannot believe its true" es uno de mis temas preferidos, porque me trae grandes recuerdos de escucharlo en la radio, en la casa de mi novia de aquel genial 1983, que lo pasaba el Negro Albornoz en su programa de FMR, cuyo nombre no recuerdo (¿El gigante pacífico?).

Después llegó el tercero, "No jacket requiered" y con él la saturación. Phil Collins hasta en la sopa con ese horrendo tema llamado "Sussudio" que para colmo de males salió en versión maxi y sonaba en todas las discotecas. Tuvo tantos hits y tantos videos, que Collins hartó. Y la repetición de la fórmula asqueó tanto que impidió ver que el tema "Another day in paradise", del disco posterior, era un temazo. El único que se dio cuenta, y así me lo hizo descubrir, fue Charly García, hipnotizado por los coros que le hizo David Crosby.

Después... ya perdí el interés. Genesis con "Abacab" (que yo llamaba "Acabad"), se fue poniendo un poco aburrido aunque siempre con algunos hallazgos. Y cuando Collins se fue, llegó el abismo con "Calling All Stations". Genesis volvió hace un par de años, y realmente no había vida en ellos. Phil Collins tiene una enfermedad nerviosa degenerativa que le impide volver a tocar la batería. Tiene todo el dinero del mundo, y sin embargo, quiere cantar los temas soul que le partieron la cabeza de pibe.

No sé ustedes, pero yo lo voy a escuchar. Y hasta creo que le voy a perdonar su insoportable SU-SU-SUDIOOOO.

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